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TelePlusvalía

El trabajo en tiempos de cuarentena

“A cada cual, según su aporte” me dice mi amigo Carlos, mientras hablamos por videollamada. Es que en estos tiempos de pandemia, hemos tenido que repensar, reorganizar y adaptar nuestras capacidades y talentos para producir en la actual situación, “pero acaso ¿no es ese el derrotero de los trabajadores desde un comienzo?”, me responde rápidamente desde el otro lado de la pantalla.

Me gusta conversar con Carlos, es un tipo muy estudioso y crítico (más que yo, claramente), a pesar de que no comparto con él varias cosas, de cuando en vez nos reencontramos, dialogamos, disentimos y hasta nos enojamos, pero volvemos a reencontrarnos. Bueno, cuando vio que su pregunta no sería contestada más que por él, me leyó el siguiente texto: “El hombre es un ser dotado de un ‘principio de movimiento’, este principio es el que determina su impulso a la creación y la transformación de la realidad”. Con esto terminé de entender al esfuerzo y la creatividad como capacidades inherentes en cada trabajador y trabajadora, en el lugar que esté y en la situación que se encuentre.

“Ok -le dije, con afán de apartarlo de su lógica- pero eso de los medios de producción y la enajenación es del siglo pasado, ¿cómo lo traemos a nuestros días?”. A lo que me respondió: “Desde un comienzo, el hombre actúa sobre la naturaleza exterior a él y la transforma, transforma su propia naturaleza, desarrollando las potencias que dormitan en él y sometiendo sus fuerzas a su propia disciplina, generando un valor extra y además nuevos productos, diferentes a cuando existían antes por separado… ¿qué diferencia hay entre hoy y ayer?. Dándome a entender que uno de los resultados de esa interacción del ser humano con la naturaleza, es lo que llamaríamos tecnología.

Seguí con mi intención de sacarlo de sus casillas y traje a colación algunas rencillas con otro contertulio: “Bueno, pero como dice Pedro (mi otro amigo pensador) ‘nadie trabaja solo’, es ahí donde surge el concepto de ‘trabajo colectivo’, esa fuerza proveniente de la organización y la labor conjunta de los trabajadores que supone una nueva e ignorada plusvalía. Esto llevado a nuestros días de aislamiento, lo hace aún más meritorio y valorable”.

A lo que me respondió: “Debo decir que te dejas llevar muy fácilmente por el idealismo mutualista de nuestro amigo Pedro, pero creo que debo coincidir en dos puntos, el de la organización y el de la conciencia, esenciales para ‘dejar de hacer cosas’ y mejor que eso seguir construyendo”.

Mientras nos despedíamos de esa nocturna conversación a distancia, no podía dejar de sentir admiración y mascar rabia, al mismo tiempo, por esa gran capacidad de materializar sus argumentos, pero bueno “A cada cual, según su aporte” me dije a mí mismo y me fui a acostar.

Esa noche me costó quedarme dormido, tal vez porque Carlos dejó muchas ideas dando vueltas en mi cabeza o tal vez, simplemente, porque la mañana siguiente era 1 de mayo.

Marcelo «Chuby» Varela / Redactor Creativo / mmrrch